Nutricionista: ¿por qué es importante consultarlo? | Campi®

¿Qué beneficios obtienes al consultar a un nutricionista?

¿Qué beneficios obtienes al consultar a un nutricionista?

¿Ya acudiste a tu primera consulta con el nutricionista? Este especialista es tu mejor aliado para conseguir una alimentación balanceada que te mantenga sano y con mucha energía. El control nutricional es importante a cualquier edad; niños, adultos y ancianos se benefician de él

El nutricionista es un especialista realmente valioso para mantener saludable tu cuerpo y el de tus pequeños. Los consejos que te brinda no solo te ayudarán a regular los nutrientes que consumes, sino que podrás mantener cada órgano en perfecto estado.

Aquí te mostramos los cuatro principales beneficios que recibes al visitar a un nutricionista, pero hay muchos más.

1. Un nutricionista te ayuda a conocer cuál es tu necesidad calórica

La importancia de consultar a tu nutricionista

La cantidad de comida varía según cada persona, su edad, su sexo, su estilo de vida y los objetivos que se desean cumplir. No es igual una alimentación enfocada a adelgazar, ganar masa muscular o la que debe tener tu hijo durante la niñez o la adolescencia.

Para determinar la cantidad exacta de alimentos que se tienen que comer, el nutricionista calcula la tasa metabólica. Es decir, las calorías que se deben ingerir a diario para estar sano. De este valor, el 55 % deben ser carbohidratos, el 30 % grasas y el 15 % proteínas.

A partir de esos porcentajes el nutricionista obtiene datos exactos de gramos de arroz, pasta, carnes, legumbres, verduras, cucharadas de aceite, entre otros. Sin embargo, puedes optar también por el método del plato. Esta es una forma sencilla de establecer porciones de alimentos, sin necesidad de pesarlos constantemente.

El método es el mismo para adultos y niños, pero varía el tamaño del plato. Los adultos usan uno de 23 cm de diámetro y los niños menores de 8 años uno de 12 o 15 cm de diámetro. En estos platos el 50 % se llena con verduras, frutas o legumbres; el 25 % con carbohidratos y el otro 25 % con proteínas.

Mix ideal del plato para los más pequeños de la casa
  • Desayunos y cenas: una ración de proteínas, carbohidratos y fruta. Aquí puedes usar como proteínas los huevos, lácteos o algunos embutidos.
  • Almuerzos: una ración de proteínas, otra de carbohidratos y otra de verduras o legumbres.
  • Meriendas: puedes optar por fruta fresca o en jugo, un vaso pequeño de leche con chocolate o carbohidratos en pocas cantidades como una galleta o un pedazo pequeño de pastel.

Descubre cómo el desayuno puede transformar tu día con una actitud positiva.

Organizando los platos de esta manera ofreces más variedad de alimentos a tus hijos y cubres con todas las necesidades nutricionales. Además, resulta más sencillo que coman fruta en el desayuno y cena, y las verduras para el almuerzo.

Consejos útiles para implementar una rutina adecuada de alimentación
  • Agrega siempre una pequeña porción de grasas a tu plato en forma de fritura, salsas o aderezos. Por ejemplo, un poco de esparcible Campi® en las tostadas, aceite de oliva en la ensalada o papas fritas.
  • Si te cuesta a ti o a cualquier integrante de tu familia comer frutas frescas, puedes agregarlas a la preparación de las comidas. Por ejemplo, prepara un pollo a la naranja, pollo a la piña o una ensalada de mango, aguacate y rúcula.
  • Prefiere los cereales integrales como carbohidratos (arroz, pasta o pan integral) que contienen más fibra.
  • Una estrategia para que los niños coman verduras es darle un toque extra de sabor. Puedes probar con una ensalada de repollo y zanahoria que tenga un poco de mayonesa y una cucharadita de azúcar.

2. Un nutricionista te enseña cómo lograr un aporte suficiente de vitaminas y minerales

La Federación Española de Nutrición (2016) asegura que los omega 3, omega 6, vitaminas del grupo B, selenio, hierro y zinc son fuentes para el desarrollo cerebral en los niños. Esto se traduce un buen funcionamiento del sistema motor, mental e intelectual. Mientras que las vitaminas C, D y E son fuentes para el fortalecimiento del sistema inmune.

Por eso, es importante garantizar a los niños y adolescentes una alimentación balanceada que incluya todos los nutrientes necesarios. El nutricionista es tu mejor aliado para conseguir el objetivo, ya que él te enseña cuales alimentos son adecuados según el tipo de dieta.

Las recomendaciones para mantener un buen balance nutricional son:

  • Incluye carnes rojas una o máximo dos veces por semana.
  • En una dieta vegetariana es importante incluir cereales y verduras fortificados con hierro.
  • Agrega una porción de vegetales de hojas verdes en alguna de las comidas diarias.
  • Cambia los dulces por frutos secos como nueces, almendras o pistachos.
  • Incluye dos o tres veces por semana legumbres como lentejas, garbanzos y frijoles.
  • Prepara jugos cítricos naturales, con poca azúcar, por las mañanas. La vitamina C ayuda a fijar y absorber mejor el hierro.
  • Agrega pescados, moluscos y mariscos, una vez por semana, a tu dieta y a la dieta de tu familia. Ellos son fuente de omega 3 y omega 6.

3. Evalúa tu condición nutricional y la de tu familia

Mucho has escuchado sobre carbohidratos, grasas, minerales, proteínas y vitaminas. Pero ¿sabes cuáles son los que realmente te hacen falta? Tu nutricionista puede ayudarte con eso.

A través de diversas medidas; el uso de tablas, fórmulas y algunos exámenes de laboratorio, el nutricionista puede identificar la composición de tu cuerpo. También puede descubrir si a ti o a tu familia les hace falta algún nutriente y ayudarte a solucionar el problema.

Lo ideal es recibir estas evaluaciones exhaustivas una vez por año, para hacer cambios en la dieta si son necesarios. Sobre todo, estas visitas deben realizarse para aquellas personas que lleven dietas especiales como las libres de gluten, vegetarianas, libres de lactosa, etc.

4. Una visita a este especialista para reforzar o adquirir buenos hábitos alimenticios

Para sentirte bien no basta solo con comer unos alimentos y eliminar otros, también debes tener buenos hábitos alimenticios. Las visitas rutinarias al nutricionista, por lo menos durante un par de meses, te ayudarán a integrar buenas costumbres en tu vida y la de tus hijos.

Algunos hábitos que recomienda el nutricionista y que puedes empezar a aplicar son:

  • No elimines alimentos de tu dieta o la de tus niños, a menos que tengan una condición médica que lo amerite. Por ejemplo, alergia a los mariscos.
  • Deja de pensar que las grasas son tus enemigas. Ellas son necesarias para la piel, el cabello y el cuerpo en general.
  • Desayuna o cena con toda tu familia en la mesa, aunque sea solo los fines de semana. Esto les ayudará a crear vínculos de confianza y amor.
  • Toma un vaso de agua (250 mililitros) cada hora para mantener la hidratación de tu cuerpo. Los niños pequeños, menores a 8 años, pueden tomar un vaso más pequeño (125 mililitros).
  • Come siempre a la misma hora para mitigar la ansiedad y prevenir problemas estomacales. Establece un horario de comidas para tus hijos.
  • Es importante tomarse un tiempo para comer. Ingerir alimentos mientras se hace otra actividad es uno de los hábitos que lleva al sobrepeso.

Aprovecha la oportunidad de acudir a tu nutricionista y empieza a alimentarte de forma correcta. Tú y tu familia se sentirán con mucha energía, con menos ansiedad y además disfrutarán mucho más la hora de comer.

BIBLIOGRAFÍA.

– Fundación Española de la Nutrición. (2016). Alimentación y desarrollo cognitivo. Disponible en: https://www.fen.org.es/blog/alimentacion-y-desarrollo-cognitivo/

– Stanco G. (2007). Funcionamiento intelectual y rendimiento escolar en niños con anemia y deficiencia de hierro. Colombia médica. Vol. 38 Nº 1 (Supl 1). Disponible en: http://www.scielo.org.co/pdf/cm/v38n1s1/v38n1s1a04.pdf

– S. Department of Agriculture. Choose my plate https://www.choosemyplate.gov/browse-by-audience/view-all-audiences/children