24 Nov Desayunos colombianos: la fiesta de un país que ama el sabor
Los desayunos colombianos son tan variados como nuestro bello país. Hay para todos los gustos y paladares, pero tienen algo en común: son deliciosos. Muchos de estos son herederos de antiguas tradiciones de abuelas y bisabuelas.
En Colombia se hace honor a la máxima de que “hay que desayunar como reyes”. En todas las regiones se ofrecen preparaciones generosas que incluyen los nutrientes necesarios para comenzar el día con energía y buen humor.
Los desayunos colombianos saben a campo, a hogar, a cariño. Representan lo mejor de la gastronomía de cada región y son un verdadero deleite. ¿Conoces cómo se desayuna en cada zona del país? Si no lo sabes, enseguida te lo contamos.
Tabla de contenidos
- Desayunos colombianos: el típico cundiboyacense, sumercé
- Antioquia y el calentao paisa… Hummm…
- El eje cafetero y su toque de distinción de los desayunos colombianos
- Santander, ¡un desayuno poderoso!
- El exquisito desayuno costeño
- El tamal en Tolima: un clásico entre los desayunos colombianos
- Valle: esto es cuestión de pandebono
- En los Llanos orientales se desayuna con energía
- Para gustos hay colores
Desayunos colombianos: el típico cundiboyacense, sumercé
Comencemos por uno de los desayunos colombianos más tradicionales: el cundiboyacense. En este territorio hay dos platos que se disputan el trono: la famosa “changua” y el reconocidísimo caldo de papa con costilla. En ambos casos, suelen acompañarse con un chocolate bien caliente, queso y almojábana.
La changua típica lleva agua, leche, huevos, cilantro y sal. En algunas partes también le ponen esparcible o papas. Se acompaña con pan, calados o tostadas y nunca va mal picarle un poquito de cebolla.
El caldo de papa con costilla es un típico “levanta muertos”. Se hace con papa pastusa y costilla de res. Ajo, cebolla larga picada, sal y cilantro al gusto. En realidad, son pocos ingredientes para un plato tan completo. Así es la magia de la cocina colombiana.
Antioquia y el calentao paisa… Hummm…
Vayamos ahora a la hermosa Antioquia, tierra del nunca bien ponderado calentao paisa. A cualquiera se le hace agua la boca de solo mencionarlo. Este es uno de los desayunos colombianos que lleva los fríjoles del día anterior, trasnochados y con más sabor que nunca.
También se le pone arroz blanco y, por supuesto, un huevo frito humeante en el centro. Lo ideal es que la yema esté blandita para que corra por encima de esa delicia y lo impregne con su exquisito sabor. Siempre se acompaña con una buena arepa paisa.
El eje cafetero y su toque de distinción de los desayunos colombianos
El paisa del eje cafetero es muy parecido al de Antioquia, pero no es igual. Prueba de ello es que en Caldas, Quindío y Risaralda suelen ponerle un toque de distinción al típico desayuno antioqueño.
En esta zona se acostumbra a añadir un pedazo de carne o chicharrón bien crujiente, y una tajada de maduro. Esta delicia se acompaña con chocolate o café con leche. Obvio, la arepita con esparcible tampoco puede faltar.
Santander, ¡un desayuno poderoso!
Los santandereanos tienen uno de los desayunos colombianos más completos. Los toches también hacen caldo de papa por la mañana, pero no lo acompañan con costilla, sino con huevo.
Ahí no para la cosa. Santandereano que se respete, también se come su buen pedazo de carne oreada al desayuno. Este es un trozo de res magro, que se sala y se deja secar al sol. Luego, se prepara a la parrilla.
Además, estas exquisiteces se acompañan con una arepa de maíz pelado. Esta lleva nada más y nada menos que maíz, yuca y chicharrón. No por nada dicen que los desayunos santandereanos tienen cara de almuerzos.
El exquisito desayuno costeño
El desayuno costeño es otra de esas mezclas poderosas que tanto nos gustan a los colombianos. Comienza con la típica arepa de huevo, bien crocantica y con la yema todavía líquida. Si no hace crunch al morderla, está mal hecha.
No puede faltar la clásica carimañola, un amasijo de yuca que lleva carne sazonadita por dentro. Por si no fuera suficiente, el plato también debe contener queso costeño, patacón y el famosísimo suero. Se acompaña con jugo de corozo o agua de maíz. Es uno de los desayunos colombianos más apetitosos.
El tamal en Tolima: un clásico entre los desayunos colombianos
El tamal es un clásico del Tolima, pero forma parte de los desayunos colombianos en casi todas las regiones. Este plato satisface cualquier paladar y es una de las mejores combinaciones de nuestra gastronomía.
El típico tamal tolimense lleva harina de maíz, arveja, arroz, huevo duro, zanahoria, un trozo de carne de cerdo, tocino y pollo. Sí o sí tiene que ir envuelto en una hoja de bijao. Uno de sus grandes encantos está en abrirlo y dejar que sus aromas enamoren al comensal.
Valle: esto es cuestión de pandebono
Valle es Valle y nada más valluno que un exquisito pandebono. Está presente en el desayuno, pero, en realidad, se come a cualquier hora del día. Este es un amasijo de fécula de maíz y almidón de yuca (nunca harina de trigo), relleno de quesito.
En el Valle del Cauca también se acostumbra a desayunar con un calentao. Este puede ser de fríjol, lenteja o garbanzo con arroz y algo de hogao. Debe llevar su buen huevo frito. Se acompaña con la típica avena valluna o con un exquisito chocolate.
En los Llanos orientales se desayuna con energía
Los Llanos orientales nos ofrecen uno de los desayunos colombianos más interesantes. Comienza con un plato llamado “pisillo”: una carne desmechada de chigüiro o venado. Muchas veces está salada y secada al sol.
También incluye la “pericada”, pero lo curioso es que esos huevos revueltos no siempre son de gallina. A veces son de gaviota o garza. Esto se acompaña con pan de arroz, relleno de cuajada.
Se termina con una bebida de plátano llamada “majuele” y con un buen café cerrero. A veces, se incluye una hallaca, que es muy similar a un tamal. Los Llanos orientales tienen quizás el desayuno más original de toda Colombia.
Para gustos hay colores
Como has podido ver, en los desayunos colombianos hay para dar y convidar. Todos los platos son una auténtica fiesta de aromas, sabores y colores. En realidad, nadie sabe cuál es más exquisito, porque todos son una delicia de otro mundo. Y tú, ¿cuál prefieres?
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