¿Te han dicho que las verduras y hortalizas son alimentos que contribuyen a mantener una buena salud? Hay muchos tipos de vegetales y todos tienen distintos propósitos para nuestra salud.
Por un lado, las verduras son alimentos que se caracterizan por ser ricos en vitaminas, minerales, antioxidantes y otros nutrientes fundamentales como la fibra, que puede ayudar a reducir los niveles de colesterol (Fries, 2020). De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS), recomienda que, entre frutas, verduras y hortalizas, consumamos 5 porciones al día, o 400 gramos (OMS, 2018).
Esto aplica, sobre todo, para los más pequeños, quienes desde temprana edad suelen desarrollar preferencias hacia lo dulce y lo salado, sabores que no encuentran en los vegetales no procesados.
De acuerdo con Cleveland Clinic, los vegetales son alimentos cargados de nutrientes esenciales que requerimos en cualquier etapa de la vida y que participan en diferentes funciones metabólicas. Una de estas funciones, por supuesto, tiene que ver con el crecimiento y fortalecimiento del sistema inmune (Cleveland Clinic, 2020).
Por eso, no solo es importante ofrecer estos alimentos a los niños, sino que, como padres y madres, debemos contribuir con el ejemplo. Mostrarles a los niños que nosotros también comemos verduras podría ser un factor motivante en ellos.
Adicional, los expertos en nutrición infantil recomiendan que no se les obligue, premie o castigue con alimentos (Łoboś y Januszewicz, 2019). Dejarlos descubrir texturas, sabores y olores es fundamental para que desarrollen sus gustos. Aquí te contamos algunas recomendaciones que quizá ayudarían a implementar estos vegetales en tus platos.
Los retos de incluir vegetales en las comidas de los niños
Para nadie es un secreto que en ocasiones resulta muy difícil promover el consumo de verduras y hortalizas en los más pequeños. De hecho, a todos también se nos dificulta hacerlo debido a la ausencia de sabores que preferimos.
Es decir, una ensalada con brócoli y zanahoria no se compara con el acentuado sabor salado de una pizza o dulce de un helado. Por esta razón, podemos esperar que nuestros niños se rehúsan a ciertas preparaciones hechas con verduras. (Ashi et al., 2019).
Estrategias para incluir más verduras y hortalizas
Respetar la autonomía de nuestros niños es clave en este caso y garantizará una mayor posibilidad de éxito una vez intentemos promover el consumo de vegetales. Según el portal de alimentación “Foods to Eat and Avoid for High Cholesterol” nos da una idea de que comer bien será una costumbre para el resto de su vida, si además practicas estos tips sencillos que nos dan:
Incluso, no olvides que puedes jugar con las texturas, tal como lo mencionamos antes. ¿Qué tal una crema de ahuyama o de tomate?
Un puré de verduras también puede funcionar, sobre todo en los más pequeños. ¡Las posibilidades son ilimitadas!
Otras recomendaciones a seguir
Algunas estrategias alternativas incluyen (Ianneli, 2021):
No olvides que preparar un buen menú es tan importante como acompañar a tu hijo en la mesa a la hora de comer. El proceso de inclusión de verduras y hortalizas debería ser gradual, respetando los gustos de los niños y permitiendo que sean ellos quienes marquen la pauta.
Si el niño no recibe un vegetal específico, puedes volver a ofrecerlo unos días después. Con un poco de paciencia, verás buenos resultados. No olvides que antes de poner en práctica estas o cualquier otra recomendaciones, primero consultes a tu médico general o pediatra.